EL SOL NO PARA EN EL CAMINO DE SANTIAGO
Hace años Mario Vargas Llosa escribió un artículo donde imaginaba un mundo
en el que la naturaleza era dominada en todos sus ámbitos por el hombre.
Reivindicaba una suerte de Parque Mundial en el que todo...
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EL SOL NO PARA EN EL CAMINO DE SANTIAGO
Hace años Mario Vargas Llosa escribió un artículo donde imaginaba un mundo
en el que la naturaleza era dominada en todos sus ámbitos por el hombre.
Reivindicaba una suerte de Parque Mundial en el que todo estuviera ordenado
y sometido; civilizado.
Un mundo donde no hubiera lugar para la crueldad de lo
salvaje, donde todo estuviera en su sitio, al servicio y para el gozo de la
humanidad.
Todo cuidado, parcelado, inventariado, diseñado para el regocijo
de los humanos, para su exclusivo uso.
Los animales en sus hábitat sin tener
que matar para comer, el hombre como origen y como diseñador de espacios;
así, la naturaleza sería un gran Zoo interminable, un Parque Natural
globalizado.
Puede que la humanidad nunca vea algo parecido, pero los que vivimos en
este tiempo ¡en el siglo XXI! podemos observar, de alguna manera, la
naturaleza domesticada en la mejor de sus versiones.
Una vez estuve haciendo submarinismo en el Mar Carib
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